ISSN 2970-2321

Cette fiche a été rédigée dans le cadre du projet d’Atlas encyclopédique des Petites Iles de Méditerranée, porté par le Conservatoire du Littoral, l’Initiative PIM, et leurs nombreux partenaires.
This sheet has been written as part of the encyclopedic Atlas of the Small Mediterranean Islands project, carried out by the Conservatoire du Littoral, the PIM Initiative and their numerous partners.
(https://pimatlas.org)

ISLA

Cluster : Alborán

Subcuenca : ALBORAN

Alborán

Autores :

Silvia Revenga, Jose Carlos Mendoza

Fecha de creación : 31/12/16

Ayuntamiento Punta Entinas
Archipiélago
Superficie (ha) 7.85
Lineal costero (metros) 2000
Distancia a la costa (Millas Náuticas) 30.68
Altitud máxima (metros) 15
Coordenadas geográficas Latitud 35,939167022705
Longitud -3,0347223615
Propiedad Público (100% – Estado)
Organismo gestor Secretaría General de Pesca (MAPA)
Figura de protección nacional /
internacional /

Descripción general


Situada en el Mar de Alborán, esta isla de pequeñas dimensiones se encuentra en una zona de confluencia entre las aguas del océano Atlántico y las del mar Mediterráneo, a la vez que constituye un espacio de comunicación entre los continentes europeo y africano a 85 km de la costa almeriense. La isla de Alborán, que da nombre a esta cuenca mediterránea, se sitúa sobre una meseta relativamente plana, en torno a los 200 m de profundidad, y de unos 45 km de largo por 10 de ancho. La isla, de origen volcánico y topografía muy plana tiene su punto más alto (16m sobre el nivel del mar) en la zona suroeste, donde fue construido un faro. Las pequeñas dimensiones de la isla, la distancia que las separan de las costas más próximas y la falta de agua han determinado que la presión humana sobre este entorno haya sido muy limitada. Actualmente, este enclave queda bajo custodia de un destacamento militar permanente para evitar los saqueos y expolios que ya ha sufrido la isla con anterioridad. En fechas recientes, en la zona sur de la isla se ha construido un barracón para la  guarnición militar y un helipuerto, así como una estación meteorológica en la zona central.

Estado de conocimiento


Dominio marino : 

La primera descripción de los fondos marinos de la isla de Alborán, probablemente fueron realizadas en 1985 por Albert Falco, mano derecha de Jacques –Yves Cousteau, durante una campaña del Calypso. Cabe destacar el hallazgo, entonces, de los bosques de Laminarias, unos de los paisajes más peculiares de la isla y uno de los más singulares de todo el Mediterráneo.

En diversos foros y publicaciones se ha señalado la situación privilegiada de la isla de Alborán desde el punto de vista biogeográfico, en la encrucijada de dos masas de agua (Atlántica y Mediterránea) de características únicas donde pueden encontrarse especies de origen subtropical, propias de las costas africanas (del Norte de África y de la región Mauritana), y especies típicas de aguas más frías (de las costas atlanto-lusitanas, e incluso boreales), junto a especies típicamente mediterráneas. Asimismo, este brazo de mar es un paso obligado para muchas especies migratorias, entre las que se encuentran los grandes peces y cetáceos.

En la isla de Alborán y su plataforma se han descrito, hasta la fecha, cerca de 2.000 especies a través del Museo Nacional de Ciencias Naturales (Proyecto Fauna Ibérica y publicación “Flora y Fauna Marina de las Reservas Marina y de Pesca de la Isla de Alborán” editado por la Secretaría General de Pesca Marítima) así como en el marco de  campañas las universidades de Málaga y Autónoma de Madrid realizadas por el la SGP  en el proyecto INDEMARES. Así, se puedo afirmar que esta zona marina protegida como reserva marina y de pesca y como paraje Red natura 2000menos reúne un 27% de la biodiversidad descrita para el Mar Mediterráneo. La mayoría de las comunidades bentónicas se sitúan en los primeros 30 metros de profundidad. Estos fondos rocosos están cubiertos en buena parte por comunidades algales dominadas por especies atlánticas. El resto de comunidades bentónicas de profundidad poseen una elevada diversidad trófica y estructural formando un hábitat “arrecifal” que incluye montañas, cuevas, cañones submarinos, corales, gorgonias, además de comunidades de ascidias, esponjas y briozoos, fondos detríticos y otros fondos más someros. Además hay presencia de hábitats de gran importancia ecológica como son los fondos de mäerl y de cascajo profundo.

La importancia y singularidad de las comunidades y recursos marinos que pueblan los fondos de la isla de Alborán ha determinado que este enclave cuente en la actualidad con diversas figuras de protección de ámbito regional, nacional e internacional.

Valores relevantes


Culturales

El asentamiento humano comenzó en la isla con la instalación de un faro de acetileno en 1869. Restaurado por la Secretaría General de Pesca (MAGRAMA), alberga actualmente en su planta baja zonas comunes: cocina, comedor, laboratorio, biblioteca y dependencias para los guardas de la reserva marina y en el piso superior acoge al destacamento de la Armada que colabora en la vigilancia del espacio marítimo terrestre. 

 

Geológicos

 

Biodiversidad marina :

En los ambientes supralitorales destacan los organismos dominantes son las algas cianofíceas y la presencia del líquen Verrucaria amphibia en el sector norte. Las especies animales más características de esta franja litoral son los gasterópodos Melarhape neritoides y Nodilittorina punctata, el isópodo Ligia italica y  el cirrípedo Euraphia depressa.

En el ambiente intermareal es muy representativo el cirrípedo Chthamalus stellatus junto a alagas feofíceas y cianofíceas. Por debajo de la franja de balanos dominan rodofíceas como Nemalion helmintoides y Porphyra leucosticta. En los límites inferiores de la franja intermareal encontramos algas como Corallina elongata, Gelidium crinale e Hypnea musciformis que pueden recubrir casi totalmente el sustrato rocoso. Entre las especies de animales móviles cabe destacar al pulmonado con apariencia de lapa Siphonaria pectinata y los gasterópodos Osilinus turbinatus, Stramonita haemastoma y Conus mediterraneus. Varias especies de lapa aparecen en este estrato como Patella rustica, P. ulyssiponensisP. caerulea, P. intermedia  y P. ferruginea, esta última en peligro de extinción en el Mediterráneo y que cuenta con una población en este enclave insular. Respecto a los crustáceos presentes en la franja intermareal destacar los cangrejos Pachygrapsus maurus, P. marmoratus y Eriphia verrucosa. El quitón Lepidochitona corrugata, el percebe Pollicipes pollicipes, el tomate de mar Actinia equina también son especies características de esta franja.

Los fondos rocosos infralitorales comienzan con un cinturón de algas dominado por el alga Cystoseira tamariscifolia, seguido de otras formaciones algales de C. nodicaulis, diezmada por el sobrepastoreo de las poblaciones del erizo común, Paracentrotus lividus. Respecto a las comunidades ícticas de la parte más somera de la franja infralitoral son muy abundantes, con escasez de especies asociadas a las praderas de fanerógamas, las cuales no están presentes. Destacamos grandes cardúmenes de Chromis chromis, especies de lábridos como Thalassoma pavo, espáridos del género Diplodus, peces ballesta (Balistes carolinesis), serránidos (géneros Serranus y Epinephelus) y especies pelágicas cerca de la isla.
En el infralitoral inferior los fondos están cubiertos casi en su totalidad por otra especie del género Cystoseira (Cystoseira usneoides) acompañada del erizo Sphaerechinus granularis, pero en este caso sin formar blanquizales. En estos fondos, destacamos la nacra Pinna  rudis y el gran gasterópodo Charonia lampas, depredador de equinodermos

Amenazas


Valores Culturales : Los valores que forman parte del patrimonio de la isla están sometidos a la adversa climatología marina, con fuerte vientos y a la humedad que deteriora con rapidez las edificaciones, ya sea la principal, el faro y el edificio que rodea a la linterna como los edificios anexos que albergan los grupos electrógenos, planta de ósmosis, entre otros. La Secretaría General de Pesca realiza el mantenimiento de las edificaciones con gran esfuerzo dada la complicada logística para las obras por el aislamiento de la isla y su lejanía de la costa peninsular.

 

Dominio marino : Las principales fuentes de presión para los valores naturales de la isla de Alborán son la pesca y la navegación. La pesca de arrastre en fondos blandos se dirige a la gamba roja y  se ejerce principalmente en la zona norte de la meseta por fuera de la reserva marina. El mayor impacto sobre los fondos rocosos (corales, esponjas y gorgonias) se puede producir por sedales y restos de redes enganchados a las rocas, que también pueden ocasionar muertes sobre la fauna. En cuanto a la navegación por el mar de Alborán, pasan más de 35.000 buques al año, lo que convierte esta zona en la segunda ruta marítima más transitada del mundo.

Sin embargo la regulación de la reserva marina por parte de la SGP, de los usos pesqueros fundamentalmente, pero también del resto de actividades en la mar es un factor crucial que contribuye a la protección y mantenimiento de los valores naturales. La presencia permanente de un destacamento de la Armada en la Isla y su colaboración con la SGP facilita el control de las actividades en la reserva.

Gestión y conservación


Dominio marino : En 1997 fue creada la Reserva Marina de Interés Pesquero de la Isla de Alborán, por el Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación (Orden  Ministerial de 31 julio de 1997; B.O.E. num. 204, de 26 de agosto y B.O.E num. 233 de 24 septiembre de 1998). 

La reserva marina ocupa actualmente aproximadamente 1.650 hectáreas, y se han definido dos reservas integrales, que son la zona ya citada de Piedra Escuela y el cinturón constituido por un radio de 0,5 millas en torno a la isla de Alborán, todo ello sobre la base del elevado valor ecológico de estas zonas que contienen los bosques de Laminarias y fondos de coralígeno muy bien conservados.

En la Reserva Marina, por fuera de las reservas integrales, se autorizan las pescas profesionales de palangre y cerco y la deportiva al curricán. La Reserva de Pesca, que se extiende sobre la plataforma marítima de la isla, comprende caladeros de especies de elevado valor comercial, como la gamba roja, que explotan barcos con base en Almería, y los de coral rojo. 

En la Reserva de Pesca se autorizan las modalidades de arrastre para gamba roja, cerco y artes de anzuelo por aquellos profesionales contemplados en el censo de la Reserva. Se autorizan, igualmente, las pescas de recreo  al curricán. Actualmente , 2016, la SGP está revisando el plan de gestión de las reservas  marina  y de pesca a la luz de la información cartográfica precisa y actualizada lo cual será sin duda una contoribiciñon vital para los parajes RN 2000 marino declarados en la zona.  

Las Reservas Marinas y de Pesca, al encontrarse en aguas exteriores, son gestionadas por la Secretaría General de Pesca Marítima, poniendo ésta los medios necesarios (económicos y materiales) para la vigilancia, difusión y seguimiento de sus resultados y el mantenimiento del faro, instalación crucial como  base del servicio de vigilancia de la reserva, de la Armada y laboratorio para trabajos científicos.

Bibliografía básica de consulta


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ISSN 2970-2321

Cette fiche a été rédigée dans le cadre du projet d’Atlas encyclopédique des Petites Iles de Méditerranée, porté par le Conservatoire du Littoral, l’Initiative PIM, et leurs nombreux partenaires.
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ILES

Cluster : Golfe de La Ciotat, Embiez et Cap Sicié

Sous-bassin : FRANCE-SUD

Grand Rouveau

Contributeurs :

Vincent RIVIERE (AGIR écologique), Patrick LELONG (Institut Paul Ricard), Céline Damery (Conservatoire du littoral), Paule ZUCCONI (Ville de Six-Fours-les-Plages), Sandra RUNDE-CARIOU (Office Français de la Biodiversité)

Date de création : 13 Janvier 2021

 

Pour citer cette version : RIVIERE, V., LELONG, P., DAMERY, C., ZUCCONI, P., RUNDE-CARIOU, S.  (2021). Fiche île : Grand Rouveau – Sous-bassin : France Sud. Atlas of Small Mediterranean Islands. https://pimatlas.org/explorer-atlas/iles/grand-rouveau/

France; ile du Grand Rouveau; PIM mai 2009
France; ile du Grand Rouveau; PIM mai 2009
Commune Six-Fours-Les-Plages
Archipel Archipel des Embiez
Surface (ha) 6.45
Linéaire côtier (mètre) 1580
Distance à la côte (Mile nautique) 1.21
Altitude max (mètre) 33
Coordonnée géographiques Latitude 43,0803445
Longitude 5,7676338
Propriété foncière Publique (100% – Conservatoire du Littoral / Phares et balises)
Gestionnaire(s) Ville de Six-Fours (depuis 2001 – gestionnaire principal) ; Initiative PIM (depuis 2021 – co-gestionnaire)
Statut de protection national Natura 2000, Lagune du Brusc désigné par arrêté ministériel le 21 janvier 2014 (document d’objectif validé le 24 février 2011)
international ASPIM (depuis 2011 – terre et mer), Site d’Importance Communautaire (depuis 2003 – mer)

Description générale


A l’Ouest du Cap Sicié, l’île du Grand Rouveau, qui fait partie de l’Archipel des Embiez, marque l’entrée de la rade du Brusc, à Six-Fours-les-plages.

Dernière île de l’archipel, culminant à 31 m, elle est dominée par un phare, contrôlé à distance depuis la station de Porquerolles, dont l’automatisation en 1974 a mis fin à plus d’un siècle de présence d’un gardien, occupant les bâtiments attenants depuis l’achèvement de sa construction en 1864. Toutefois, exceptée la présence des gardiens de phare, l’île n’a jamais fait l’objet d’aménagements à vocation touristiques, qui se sont concentrés sur l’île des Embiez toute proche et sur le littoral. L’absence d’eau et la surface modeste de l’île ont sans doute contribué à limiter ce développement. Son acquisition par le Conservatoire du littoral en 2000 a définitivement préservé cet état.

En plus du phare, les aménagements créés sur l’île restent de faible ampleur: une habitation en pierres locales apparentes ainsi qu’une remise taillée dans la roche, un chemin pavé en pierres rapportées, un débarcadère, protégé du vent d’Ouest, de petits ouvrages maçonnés ça et là sur l’île afin de faciliter l’accès aux différents points d’observation. La situation privilégiée de l’île offre un point de vue de la façade littorale jusqu’à Marseille, avec en perspective les falaises de Cap Canaille et l’archipel de Riou.

Passée l’automatisation, l’île devient, avec le développement de la navigation de plaisance, une destination privilégiée des touristes. Outre le patrimoine terrestre, la qualité du milieu marin est reconnue au-delà de la rade du Brusc. Les nombreux écueils qui entourent l’île du Grand Rouveau, bien que constituant de dangers réels pour la navigation, créent des paysages sous-marin d’une rare qualité. Ainsi, si l’archipel des Embiez est très riche en sites de plongée de grande notoriété (Ponchon et Joachim, 2003), ceux situés à proximité du Grand Rouveau sont des destinations de choix pour les clubs de l’ouest toulonnais. Cette diversité et cette richesse ont motivé l’attribution et la gestion de 273 ha du Domaine Public Maritime au droit de l’île au Conservatoire du Littoral pour 30 ans en 2011.

Toutefois, les nuisances associées à ces activités de plaisance (feux, détritus, dégradations) ont sans doute conduit quelques amoureux du site à se constituer en association de protection de l’île (APIR), dont les adhérents, tout en occupant lors de leurs séjours la bâtisse de pierres en contrebas du phare, se chargeaient de l’entretien régulier des installations et limitaient ainsi les dégradations. Malgré ces actions positives, on note toutefois une tentative échouée d’introduction de lapins sur l’île, et le repiquage de plants de Griffe de Sorcière (introduite par les gardiens de phare) ayant ainsi contribué au développement de grandes étendues sur l’île. Aussi paradoxal que ceci puisse paraître pour une espèce introduite originaire d’Afrique du sud, ces grandes plages homogènes de Griffe de sorcière sont associées pour la population locale à l’image d’une île préservée et naturelle auprès des habitants.

Quoi qu’il en soit, la présence d’espèces protégées (certaines ayant disparu des îles de l’archipel du fait de l’urbanisation), a conduit le Conservatoire du Littoral à s’engager dans une démarche de préservation du patrimoine naturel de l’île, à travers l’action de l’initiative PIM (Petites Iles de Méditerranée) depuis 2009. L’île, dont la richesse terrestre et marine est reconnue par un classement en Aire Spécialement Protégée d’Importance Méditerranéenne (ASPIM) en 2011, reste ouverte au public, dont la sensibilisation est confiée au gestionnaire de l’île : la ville de Six Fours les Plages.

Connaissances


Le Phyllodactyle d’Europe, espèce emblématique de l’île
(©Louis-Marie Préau, CdL/PIM 2009)

Aucune trace d’occupation historique n’est relevée sur l’île, alors que les premières traces de présence humaine sur le littoral en face de l’île sont datées entre 40 000 et 10 000 ans av. J.-C., et qu’un comptoir Phocéen, contemporain à celui de Marseille, y serait établi aux alentours de 600 ans av. J.-C. La protection de la rade du Brusc, dont l’île du Grand Rouveau ferme l’accès, ont certainement contribué à l’installation de ce comptoir puis à l’installation Romaine en offrant les conditions idéales de protection des navires contre la houle et les vents du Sud.

Avant le début des travaux de construction du phare en 1856, l’ingénieur en charge des travaux décrivait l’île comme «un petit îlot inculte, improductif, inhabité et isolé en mer » (CEEP 1999). Il est cependant probable que l’île, malgré l’absence de vestiges antérieurs au phare, ait été occupée par des marins tout au long de l’Antiquité, favorisée par la proximité du littoral et la facilité du débarquement sur l’île. On ne dispose donc que d’une connaissance récente de l’historique des activités sur l’île, documentée à partir de la seconde moitié du 19ème siècle. On connait notamment le rythme des rotations de garde du personnel, on sait grâce à leurs témoignages comment ils exploitaient le site afin de s’alimenter en légumes frais et œufs. Les potagers utilisés sont aujourd’hui envahis par une végétation dense et impénétrable, marquant ainsi le retour de l’île à une nature plus sauvage.

Sur le plan biologique, la première herborisation incomplète est réalsée par Jahandiez en 1935. Molinier en 1953 réalisée les premiers inventaires phytocosiologiques, dans le cadre d’une synthèse qu’il rédige sur l’ensemble de l’archipel, et produira la première carte de végétation au 1/20000ème. Les connaissances seront ensuite complétées par les travaux de Molinier et Moutte en 1987 et 1989. Le premier inventaire complet de la flore est réalisé par Medail en 1999 (Médail, 2000), dans le cadre d’une étude globale de la faune et la flore du Grand Rouveau réalisée par le CEN Paca (CEEP, 2009), alors Conservatoire Etude des Ecosystèmes de Provence.

Sur le plan faunistique, alors que l’archipel fait l’objet de travaux réalisés par des herpétologues (spécialistes de l’étude des reptiles) sur l’archipel, dont les écrits ne confirment pas leur débarquement sur l’île, il faut attendre 1982 pour que les premiers inventaires faunistiques soient réalisés sur l’île. Leur brève visite sur l’île leur permet de noter la présence de Rat noir et de Goélands leucophée. Il faut donc attendre 1999 pour que le bilan de la faune de l’île soit inventorié.

Passée cette période, l’action du Conservatoire du Littoral et de l’initiative PIM permet une réactualisation des connaissances, en 2009, soit 10 ans plus tard, ainsi que la formalisation d’un shéma de gestion en 2011.

A partir de cette date, les activités scientifiques se sont multipliées sur l’île, notamment à travers un programme de restauration écologique visant à éradiquer dans un premier temps la Griffe de sorcière (dès 2012) puis le rat noir (dès 2017). Des états zéros avant éradication, selon des protocoles standardisés ont été réalisés puis poursuivis annuellement sur la flore (Pavon et al, 2012 ; Ugo, 2015), l’herpétofaune et l’avifaune, s’appuyant sur les travaux menés par le Parc National de Port Cros sur l’île de Bagaud. Ces protocoles permettent, au fur et à mesure qu’avance l’éradication, de suivre l’évolution de la biodiversité en réponse à la disparition des 2 espèces invasives.

ENCADRE : LE SUIVI DU PHYLLODACTYLE D’EUROPE


Afin de s’adapter aux contraites des missions en milieu insulaire (logistique organisationnelle, aléas étéorologiques…)  et à l’écologie du Phyllodactyle d’Europe (animal nocturne et cryptique, activité saisonnière et asynchrone au sein d’une même population…), le choix a été fait dès 2014 sur le Grand Rouveau de mettre en place un protocole de suivi reposant sur un système de tuiles rondes superposées. Ce dispositif présente l’avantage d’une surface identique dans chaque gîte, ce que n’offrent pas les amas de pierres, dont les interstices, auquel l’espèce est particulièrement sensible, sont variables. Le suivi est ainsi réalisable de jour, sans difficulté particulière pour l’observation, donc, pas de biais observateurs, pas ou peu de biais liés à la météo, dénombrement de la totalité des individus présents dans le gîte et pas uniquement les individus actifs. Ces sont ainsi 32 gîtes artificiels qui ont été installés et répartis de manière homogène sur l’ensemble de l’île afin d’intégrer un éventail le plus large possible de conditions (stationnelles, d’exposition au soleil, de végétation etc.). Ces gîtes sont suivis deux fois par an, une première fois au printemps, puis une seconde fois en automne, qui correspond à la période de présence des juvéniles issus des pontes estivales. Le contrôle des gîtes est relativement simple et rapide. Ils peuvent être contrôlés en une journée par un ou deux observateurs. Il requiert toutefois une attention particulière lors du démontage des tuiles, afin de ne pas blesser les individus lors de la manipulation de ces dernières.

Intérêts


Le Phare de l’île (©Louis-Marie Préau, CdL/PIM 2009)

Le Phare est sans nul doute le principal élément du patrimoine architectural de l’île. D’une hauteur de plus de 17m, culminant ainsi à près de 49m on remarquera la qualité des matériaux utilisés pour sa construction : les pierres servant à la décoration du phare proviennent des carrières de Cassis, et les parements et les façades sont exécutés avec des moellons calcaires tirés du cap de la Cride situé entre le port de Bandol et de Sanary. Les murs de la maison adjacente, bien que moins spectaculaires, sont constitués de pierres locales apparentes. Les toitures des deux bâtiments ont été rénovées (en 2015 pour le phare, en 2013 pour la maison) dans le but de limiter la dégradation des bâtiments par leur mise hors d’eau.

Sur le plan floristique, alors que les études de Molinier et Jahandiez dressaient une liste de 53 taxons présents sur l’île, l’inventaire réalisé par Médail dresse une liste de 131 taxons de flore vasculaire. Aujourd’hui, les différentes synthèses font état de la présence de 8 espèces végétales remarquables dont 7 protégées. Pavon (Pavon, 2012), avait mis l’accent sur 7 espèces remarquables : Allium chamaemoly, Limonium pseudominutum, Senecio leucanthemifolius, Thymelaea hirsuta, Bupleurum semicompositum, Orobanche sanguinea et Ugo (Ugo 2015) a reconfirmé la présence de plusieurs individus d’Orpin du Littoral (Sedum littoreum). L’île du Grand Rouveau représente pour cette dernière espèce l’unique station connue du Var, tandis qu’elle n’est identifiée que de quelques points dans le massif des Calanques. C’est bien la notion de refuge que cette espèce illustre par son isolement. On peut toutefois être surpris par l’absence d’une autre plante protégée, présente quant à elle sur l’île du Grand Gaou au sein du même archipel : la Barbe de Jupiter, Anthyllis barba-jovis.

Si la richesse végétale est remarquable, il n’est en pas de même sur le plan faunistique. Les cortèges avifaunistiques, mammalogiques et herpétologiques sont particulièrement simplifiés : une seule espèce d’oiseau marin nicheur (goéland leucophée Larus michaellis), un seul mammifère (introduit), deux espèces de reptiles. Cependant, c’est bien dans ce dernier groupe que réside le principal intérêt actuel de la faune de l’île. En effet, le rare Phyllodactyle d’Europe, Euleptes europaea (Delaugerre et al, 2012)gecko absent du littoral continental varois, disparu des Embiez et absent de la quasi-totalité des autres îles de l’archipel, est ici, à l’instar de l’Orpin du littoral, en situation de refuge. Même si les populations semblent en bon état de conservation (Cheylan, comm. pers.), et bénéficient à ce titre d’un suivi spécifique bisannuel, elles demeurent en situation critique, puisque toute introduction d’espèces potentiellement compétitrice (et notamment la Tarente de Maurétanie) pourrait à terme les faire disparaitre.

Sur le plan marin, la diversité de faciès sous-marins qu’offrent les fonds entourant l’île est reconnue, en témoigne notamment la présence de plusieurs spots de plongée. Cependant, la pêche et la chasse sous-marine ont fortement impacté les peuplements de poissons. Toutefois, la petite faune marine reste très riche et diversifiée, et on note la présence d’espèces règlementées comme le Mérou brun, Epinephelus marginatus,et le Corb, Sciaena umbra. Les herbiers de Posidonie sont bien représentés, malgré des dégradations ponctuelles liées aux impacts par les mouillages de bateaux de plaisance. Parmi les éléments remarquables constituant la richesse marine de l’île, on note la présence de peuplements de Gorgones, dont la Gorgone rouge, Paramuricea clavata présente à faible profondeur, et le bon état écologique des bioconcrétionnements à coralligène (Harmelin et al, 2009). Les populations de Grande nacre, Pinna nobilis, espèce protégée autrefois très présente dans les eaux autour de l’île, ont été fortement impactées par un parasite depuis 2016.

Pressions


L’attrait des plaisanciers aux abords de l’île (©Conservatoire du litoral, 2017)

Depuis le départ des gardiens du Phare, les pressions sur les milieux terrestres n’ont cessé d’augmenter avec l’avènement du tourisme nautique. Les dégradations entraînées par l’absence de gestion des flux et de sensi-bilisation ont alors largement augmenté sur l’île : vandalisme, dépôts de détritus, feux de camp. Ainsi, l’intervention de l’APIR, puis l’action du Conservatoire du Littoral et de la ville de Six-Fours-Les-Plages, a permis de diminuer considérablement ces pressions sur la partie terrestre.

Sur la partie marine, la concentration des plaisanciers en période estivale entraîne ponctuellement la dégradation de l’herbier de Posidonie situées à proximité du débarcadère, conséquence du mouillage sur ancre (un arrêté de la Préfecture maritime interdit depuis 2019 le mouillage sur herbiers de Posidonie) et ce, malgré la gestion en cours de la partie marine du Domaine Public Maritime au droit de l’île et son classement au sein du réseau Natura 2000. On dénombre jusqu’à 60 bateaux de plaisance en période estivale au droit du débarcadère de l’île. On note ainsi la présence de chenaux intermattes et de marmites de sable au sein de l’herbier et le fort déchaussement des rhizomes attestant de cet impact. Les actions de pêches, notamment de la pêche de loisir (à la palangrotte) et chasses sous-marine exercent une pression sur les communautés marines et participent de leur dégradation. La conséquence directe de cette pression se traduit par une faible fréquence des espèces cibles.

La Caulerpa cylindracea (anciennement C. racemosa), algue invasive, est apparue récemment sur le site. La Caulerpa prolifera, présente également sur les fonds, n’est pas une espèce introduite contrairement aux autres espèces du Genre Caulerpa.

Sur la partie terrestre, l’essentiel des pressions sur le patrimoine biologique se focalise principalement autour de l’impact des espèces invasives. Le cortège d’espèce, bien que pauvre comparativement aux autres îles du secteur, était avant 2012 largement dominé par la Griffe de sorcière, Carpobrotus edulis, particulièrement dynamique sur l’île. Cette espèce, sans doute introduite comme le suppose Médail pour ses capacités d’adaptation en milieu littoral, et dans le but de maintenir les déblais déposés lors de la construction du phare, avait colonisé près de 60 % de la surface de l’île avant les opérations d’éradication menées à partir de 2012. Des repasses sont conduites chaque année, pour éviter toute reprise de cette espèce. Au delà de la Griffe de Soricère, on notera la présence de pieds d’Aloé, d’Agaves, de quelques buissons de Pittosporum tobira et d’un pied d’Eucalyptus, qui, pour la majorité d’entre eux, sont regroupés autour de la maison. Les populations sont peu dynamiques, et leur expansion est à surveiller.

Quant au Rat noir, son introduction n’est pas documentée. On suppose qu’il fût introduit lors de la construction du phare, mais son introduction antérieure est possible, vue la faible distance qui sépare l’île des autres îles de l’archipel. Son maintien sur l’île était largement favorisé par la présence de tapis de Carpobrotus, dont il consommait les fruits et contribue à la dissémination des graines (Abiadh, 2009). Suite aux campagnes de dératisation menées en 2017, des postes anti-réinfestation restent en place pour prévenir d’une éventuelle réintroduction du rat noir sur l’île.

On notera tout de même l’absence de la Fourmi d’Argentine, Linepithema humile, présente sur l’île des Embiez, ayant sans doute entrainé la disparition des insectes rampants. Elle entraine une simplification de la diversité entomologique, par son action sur les plantes, dissémination de graines, et son agressivité vis-à-vis des autres espèces.

Enfin, la nidification du Goéland leucophée, seule espèce d’oiseau marin nicheur présente sur l’île, entraine des perturbations manifestes à l’instar de l’ensemble des îles sur lesquelles s’installent les colonies : apports de détritus et perturbation des communautés végétales en favorisant le développement des espèces rudérales. Les populations restent cependant relativement faibles. Le recensement effectué en 2015 relevait la présence de 34 couples seulement. Les collectes d’œufs de Goéland, pratiquées à l’époque par les gardiens de phare, sont aujourd’hui anecdotiques.

Gestion & Conservation


Opération d’arrachage de la griffe de sorcière (©Louis-Marie Préau, CdL/PIM 2009)

L’acquisition en 2000 de la majeure partie de l’île par le Conservatoire du littoral (le chemin et le phare restent la propriété de Phare et Balises) et la reconnaissance internationale que lui a conféré le classement en ASPIM, sont la continuité d’une action de préservation du Grand Rouveau, dont les premiers artisans furent une poignée d’habitants de la côte et amoureux du site, regroupés au sein de l’association APIR. La sensibilisation des visiteurs et l’entretien régulier des installations ont, après le départ des gardiens du phare, contribué à limiter les actes de vandalisme, les feux de camp, et le dépôt de détritus.

Ces actions sont aujourd’hui assurées par le gestionnaire du site, la ville de Six-Fours-les-plages, en partenariat avec le Conservatoire du Littoral et l’Initiative pour les Petites Iles de Méditerranée (PIM). Des travaux menées en 2018 dans le cadre du projet européen MED-PHARES ont également permis l’entretien du chemin et la canalisation du public, ainsi que l’installation de panneaux d’informations à destination des visiteurs.

L’île s’est dotée d’un schéma de gestion en 2011 (Ben Haj & Laviole, 2011), réalisé suite aux campagnes d’inventaires menées dans le cadre de l’initiative PIM en 2009. Le Document d’Objectif du site Natura 2000 FR9302001 «Lagune du Brusc» encadre les aspects marins (Rouanet et al, 2009).

Un arrêté préfectoral, entourant la partie sud de l’île du Grand Rouveau et interdisant le mouillage, les activités nautiques et la navigation est en vigueur, mais n’est pas suffisamment respecté par les usagers. Une organisation des zones de mouillages devrait être mise en place afin de limiter l’impact entraîné par la forte fréquentation par les plaisanciers. La sensibilisation semble aujourd’hui la meilleure voie pour limiter ces impacts, en invitant les plaisanciers à mouiller sur les plages sableuses plutôt que dans l’herbier lui-même, et par la même occasion à gérer et recycler leurs déchets. D’autres actions de préservation du milieu marin sont en cours ou en projet.

Au niveau marin, on note que le moratoire concernant la protection du Mérou brun est bien respecté, l’espèce étant fréquente dans les fonds rocheux autour de l’île.

En 2012, un programme de restauration écologique a été lancé afin de lutter contre deux des espèces invasives présentes sur l’île : la griffe de sorcières et le rat noir. Ce programme, encore en cours aujourd’hui, est porté a été mené par le Conservatoire du littoral et la mairie de Six-Fours-Les-Plages, avec l’expertise technique apportée par les équipes d’AGIR Ecologique et de l’Initiative PIM.

Après des opérations ponctuelles d’arrachage initiées en 2009, des campagnes visant à l’éradication de la Griffe de Sorcière sur l’ensemble de île (y compris en falaise) ont été entre 2012 et 2016, à raison d’une semaine par an. Près de 178 journées-homme ont ainsi été mobilisées. Des contrôles annuels (repasses) sont menés depuis 2013 et jusqu’à aujourd’hui, pour éliminer les repousses sur les zones d’intervention et se poursuivront jusqu’à la disparition totale de la Griffe de sorcière sur l’île (estimée à une dizaine d’années). Bien que les résultats observés jusqu’à présent soient encourageants (diminution du volume de repousses au fil des ans), les volumes totaux ne sont pas négligeables (Conservatoire du litoral, 2020).

Des opérations de génie écologique (Auda & Rivière, 2014) ont été mises en place pour accompagner les processus de cicatrisation du milieu sans modifier le patrimoine génétique insulaire (semis, pépinière – cf encadré-, andains anti-érosion …). Un projet de pépinière expérimentale, réalisé à partir de boutures locales, a été testé mais, en raison de nombreuses difficultés, a du être abandonné en 2018.

L’opération de dératisation (cf encadré) menée sur la base du protocole proposé par l’équipe de l’INRA de Rennes, a fait l’objet d’une importante campagne en 2017 (alliant phase de piégeage mécanique puis chimique) et une campagne complémentaire en 2018 (suite à la détection d’indices de présence du rat noir en debut d’année). L’île est désormais équipée en postes anti-réinfestations, suivis régulièrements par les agents de la Ville de Six-Fours et et l’Initiative PIM, après de prévenir de toute nouvelle introduction.

ENCADRE : LE GRAND ROUVEAU, SITE EXPERIMENTAL POUR UNE RESTAURATION ECOLOGIQUE « LOW-COST »


Au regard de l’intégration du Grand Rouveau dans le programme « îles sentinelles » de l’Initiative PIM, et lors des réflexions pour l’élaboration du programme de restauration écologique en 2012, l’ensemble des organisations ont pris le parti de s’appuyer sur les partenariats et les collaborations inter-institutions pour mener à bien les actions prévues, et de mettre en place des actions à faible coût, afin de faciliter leur appropriation et leur réplicabilité par des gestionnaires de petites îles du bassin méditerranée, aux moyens limités.

Concernant l’éradication de la griffe de sorcière, au regard de la configuration du site et pour des raison économique et écologique, le choix a été fait de ne pas exporter les rémanents vers le continent pour traitement en décharge spécialisée. Pour limiter l’érosion et favoriser la reprise végétale, les Griffes de sorcières arrachées ont été utilisées pour la mise en place d’andains. Sur les zones accessibles, la méthode des andains a largement contribué à faciliter l’intervention, et permis de mobiliser des personnes bénévoles non formés à ce type de travaux.

Que ce soit pour l’arrachage de la Griffe de Sorcière ou les capagnes de dératisation, la mobilisation de personnels bénévoles (agents des organiations porteuses de la démarche, gardes du littoral, agents des Parcs Nationaux de Port-Cros et des Calaques, entreprise AGIR Ecologique) a été l’un des principes mis en œuvre tout au long des opérations, afin de limiter le coût de cette intervention d’ampleur et de sensibiliser et impliquer des partenaires. Pour la dératisation le recours aux bénévoles représente 60% du temps-homme mobilisé au total.

Principales ressources bibliographiques


  1. Bellan-Santini D., Ruitton S., 2001 – Inventaire du Patrimoine Naturel de Provence-Alpes-Côte d’Azur ; ZNIEFF actualisées. ZNIEFF N°83-000-003. Les Embiez (ouest) – Le Grand Rouveau et Rochers des Magnons. Ministère chargé de l’Environnement, Muséum National d’Histoire Naturelle 5 p.
  2. Ben haj S., Laviole L., 2011 – l’île du Grand Rouveau ; Schéma de gestion. Initiative PIM, 41 p.
  3. Conservatoire-Etude des écosystèmes de Provence, Conservatoire Botanique National de Porquerolles, 1999 – Etude du milieu naturel de l’île du Grand Rouveau (archipel des Embiez, Six-Fours-Les-Plages). 49 p.
  4. Delaugerre M., Cheylan M., 2012 – Observations et remarques sur l’herpétofaune des îlots de Provence (de Six-Fours à la Londe). Note naturaliste Initiative PIM. 13 p.
  5. Harmelin J.-G., Lelong P., Rouanet E., Ruitton S., 2009 – Mission île du Grand Rouveau – Milieu marin. Note naturaliste Initiative PIM 20 p.
  6. Lelong P., Couvray S., Miard T., Rebillard D., Bonnefont J.-L., 2014 – Inventaire de la faune ichtyologique des fonds marins de l’ouest toulonnais – Rapport annuel 2013. Contrat TPM – CG83 – Institut océanographique Paul Ricard. 23 p.
  7. Médail F., 2000. – Flore et végétation du Grand Rouveau. Bull. Soc. Bot. Centre Ouest, 31 : 21-46.
  8. Rouanet E., Bonnefont J-L. Lelong P. et Durand R., 2009 – Site Natura 2000 FR 9302001 “Lagune du Brusc” – Document d’Objectifs – Tome 1 : Diagnostics écologiques et socio-économiques, enjeux et objectifs de conservation hiérarchisés – Note de synthèse. Institut Océanographique Paul Ricard – Mairie de Six-Fours-les-Plages : 35 p.
  9. Ugo J., 2015 – Suivi de la végétation après éradication de la Griffe de sorcière sur l’île du Grand Rouveau. Initiative PIM. 10 p.
  10. Conservatoire du litoral, 2020. Expériences de gestion et de conservation dans les petites îles de Provence
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Enjeux

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Pressions

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Gestion et conservation

Îles

Faites le tour de nos îles…

La définition d’une petite île est un ajustement de plusieurs paramètres, à la fois physiques, biologiques, socio-économiques et malgré tout sensibles.

Voici la définition aujourd’hui proposée par les PIM :

“Une île est une masse de terre accueillant a minima une plante vasculaire (ou une autre espèce d’importance patrimoniale terrestre ou marine), clairement identifiée et détachée d’une autre zone émergée (éloignée de plus de 5 mètres et avec au moins 50 cm de profondeur dans la passe ou restant détaché à marée basse), incluant la frange marine qui l’entoure (jusqu’à une bathymétrie de -50 mètres et dans la limite d’un mile nautique autour de l’île). Dans le cadre de l’Initiative PIM, une île est qualifiée de “petite” en dessous de 1000 ha de surface terrestre, correspondant à une taille à laquelle les îlots commencent majoritairement à devenir habités et à subir des impacts anthropiques plus complexes et dont l’influence sur la biodiversité et les paysage et très importante.

Ne sont pas pris en compte dans l’ouvrage : rochers de quelques mètres carrés sans aucun enjeu différencié de l’île dont il est proche, les îles connectées au continent par un pont, et les îles lagunaires.”

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